¿Qué calzado es más adecuado para hacer deporte?
Desde nuestro servicio de Podología siempre hemos dado importancia a ayudar a nuestros pacientes a la hora de escoger el calzado más adecuado para ellos. Pero, ¿Y qué ocurre cuando realizamos deporte? ¿Debemos preocuparnos en buscar un zapato deportivo adecuado o con mis zapatillas de diario es suficiente?
Aunque todo depende en gran medida de la práctica deportiva de la que estemos a hablar, en términos generales un buen zapato deportivo puede marcar la diferencia en cuanto a mejorar nuestro rendimiento (que igual no nos interesa tanto si somos amateur) y también y quizá más relevante para prevenir posibles lesiones.
Con buen zapato deportivo no nos referimos al de mayor coste económico si no a aquellos que cumplan características como:
- Flexibilidad y buena transpiración consiguiéndolo con materiales como nylon, plástico o incluso piel. Esto se ve en deportes como el ciclismo, dónde en verano con el aumento de las temperaturas y la sudoración consecuente necesitamos materiales que transpiren bien disminuyendo así la posibilidad de padecer rozaduras o ampollas. Y sin embargo en invierno necesitaremos materiales más aislantes (sobre todo en carretera) para evitar las pérdidas de calor generadas por la convección con el viento. De este modo trataremos de evitar entre otras enfermedades los temidos sabañones.
- Suela flexible con amortiguación de impactos especialmente.
- Adaptación al terreno en el que se va practicar el deporte, por ejemplo en el tenis, un jugador de césped natural, será interesante que utilice una zapatilla con suela uniforme y minitacos, mientras que otro que juegue en tierra batida se aconseja que la suela tenga surcos para facilitar el agarre.
- Peso adaptado al deporte: en este caso, es interesante para algunos deportes de larga duración como la carrera de fondo que el calzado sea liviano para evitar posibles sobrecargas musculares y reducir la fatiga.
- Buena sujeción: en la mayor parte de los deportes para evitar mayor facilidad de lesiones como esguinces entre otros, es imprescindible que el calzado vaya anclado al tobillo de manera adecuada mediante velcros, cordones o modificando la propia altura de la zapatilla.
Por ello, recalcamos la importancia de que cada deportista consulte con un profesional para saber qué zapatilla es más adecuada para su entrenamiento y así poder seguir disfrutando de su pasión durante mucho más tiempo.
