"Año nuevo, vida nueva”. Con alta probabilidad este es el refrán mayormente escuchado en los primeros meses que comienza el año. Y es que, ¿a quién no le gustaría cambiar esos pequeños detalles de su vida que considera insalubres? Un dato curioso es que la mayor parte de la población considera la salud como el factor más importante de su vida. Sin embargo, tan sólo un pequeño porcentaje intenta mejorarla.
Esto es la mayor creencia dentro de la población y así surge el: “Este año tengo que empezar a cuidarme” Además, lo queremos todo de manera inmediata y de ahí nacen las conocidas como dietas milagro que prometen que en poco tiempo perderás una barbaridad de kilos y con entrenamientos que en pocas semanas te harán lucir unos abdominales de escándalo.
Pues bien, la medicina actual se posiciona en contra de todo este sector.
Las investigaciones más recientes nos informan de que este tipo de dietas tienen un gran impacto en la salud propia del individuo y que una bajada rápida de peso sin adquisición de hábitos saludables va acompañada de lo conocido como “efecto rebote” es decir, una vuelta al estado inicial o incluso un empeoramiento del mismo. Además, comenzar a realizarlas sin estar de la mano de un profesional puede tener efectos negativos directos sobre tu salud física y mental.
Por ello, la idea que plantean muchos expertos en la actualidad es dejar de ver números en una báscula o fotos en un espejo y comenzar a pensar en una vida saludable.
¿Y cómo creo hábitos que sean buenos para mi salud?
Por tanto, la OMS nos enseña algunos hábitos que permiten mejorar nuestra salud:
Esta serie de ejemplos nos generarán que seamos menos propensos a sufrir enfermedades y que podamos gozar de mejor salud a largo plazo buscando una vida más longeva.